SERPIENTES

 

Serpientes

Las serpientes, también conocidas como ofidios, son reptiles que pertenecen al orden de los Squamata o animales escamosos, al igual que las iguanas, los lagartos y los camaleones. Caracterizadas por la ausencia de extremidades, las serpientes son animales que han sobrevivido desde el período Cretácico, y al día de hoy, se registran más de 3460 especies en todo nuestro planeta, aunque solamente 450 de ellas son de tipo venenosas. Te invitamos a que leas nuestra categoría sobre las serpientes para aprender de estos reptiles.


Existen serpientes que pueden medir desde los 10 cm hasta los 10 metros de longitud. El esqueleto de estos asombrosos reptiles se compone de una gran cantidad de vértebras. Por ejemplo, las pitones poseen 400 de estas estructuras óseas, mientras que las víboras apenas 200.

Si se trata de las mandíbulas, la gran mayoría de las serpientes dispone de músculos muy fuertes, capaces de devorar presas enormes en unas pocas horas. Además, la mandíbula superior no se encuentra fuertemente fijada al cráneo, lo que le aporta mayor flexibilidad para engullir animales de gran tamaño en una sola pieza.

Otro rasgo común a las serpientes es la ausencia de extremidades, aunque se ha podido comprobar que las pitones y las boas poseen extremidades muy diminutas en su parte posterior (sin embargo, no participan en la locomoción, sino en las labores reproductivas).

Por otra parte, la cola de estos animales de sangre fría representa el 20% de la longitud de su cuerpo, y este a su vez se encuentra recubierto por una piel de escamas. Los párpados de las serpientes también son escamas transparentes y siempre se encuentran cerrados.

Cada cierto tiempo, la piel es renovada de una sola vez, algo que les permite a las serpientes eliminar parásitos y reponerse de las heridas.

Características de las serpientes

Las serpientes no tienen extremidades, se mueven con las escamas ventrales.

Cómo se desplazan las serpientes

Al no poseer extremidades, estos animales deben valerse de sus poderosas escamas para desplazarse por el terreo. En específico, las escamas ventrales son las que favorecen el movimiento hacia delante e impiden que la serpiente se desvíe hacia los lados.

A través de pequeñas ondulaciones que efectúa con su cuerpo, las serpientes logran así desplazarse a gran velocidad, y tan poderosas son sus escamas ventrales, que en algunas ocasiones, puede moverse incluso en línea recta.

Cómo son sus sentidos

La gran mayoría de las serpientes presentan un sentido de la visión muy pobre, razón por la cual deben valerse de su lengua para reconocer olores e interactuar con el medio que les rodea. Con un movimiento característico hacia arriba y hacia abajo, estos reptiles muestran su lengua y la devuelven a la boca para analizar la información y descubrir si se trata de comida o un peligro inminente que las acecha.

Al ser de tipo bífida, su lengua es capaz de reconocer un amplio espectro de aromas, e incluso, la dirección de donde provienen tales olores. Por otra parte, es necesario destacar que las serpientes no poseen oídos, y para escuchar, se apoyan en las vibraciones del terreno.

No obstante, algunas especies poseen visión infrarroja, lo que les permite determinar el calor de los objetos y animales a su alrededor. A través de sus sentidos, las serpientes pueden incluso expulsar la comida que acaban de engullir, en caso de que deban escapar.

Origen y evolución

Las serpientes existen en nuestro planeta hace unos 150 millones de años atrás. Los restos fósiles encontrados han podido determinar que los orígenes evolutivos de las serpientes estas especies evolucionaron a partir de lagartos acuáticos que podían llegar a medir hasta 15 metros de longitud.

No obstante, las serpientes han reducido su tamaño con el tiempo, algo que puede explicarse con la migración desde el agua hacia la tierra. Las mandíbulas articuladas también son un signo de evolución en las serpientes. Además, se creía que estos animales poseían extremidades y orejas que desaparecieron paulatinamente.

Dónde viven las serpientes

Las serpientes tienen muy pocos depredadores naturales: felinos, armadillos, mangostas, cocodrilos e incluso culebras que se alimentan de serpientes. Fuera de esto, el ser humano es el único responsable de la conservación de estas especies.

En muchos países, la carne de serpiente es muy solicitada, aunque la deforestación y la urbanización de algunas regiones también atenta contra la vida de estos reptiles. Con respecto a su hábitat, las serpientes no acostumbran a desplazarse grandes distancias, por lo que son habituales en regiones selváticas y zonas tropicales de temperaturas constantes.

Aun así, estos animales también pueden ser vistos en desiertos y sabanas, bajo la tierra, en el agua, y hasta en los árboles.

Dónde viven las serpientes

Las serpientes prefieren los lugares fríos y húmedos.


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